Serrat y Sabina volvieron a Madrid
Durante dos noches abarrotaron el Palacio de Deportes de esta ciudad, ofrecieron un espectáculo muy bien preparado, muy bien presentado , muy visual y sobre todo muy emocionante.
Los dos juntos y por separado interpretaron alguno de los temas mas conocidos de sus dilatadas carreras, haciendo versiones nuevas y respetando la esencia de estas canciones.
La única pega, como siempre, el local. Insisto en que el Palacio de Deportes no es un sitio apto para conciertos sonoros, la música se escucha con eco y distorsionada, solo las canciones lentas suenas bien, será porque el fondo es mas tranquilo, en las canciones mas movidas, estas que levantan al público de su asiento era imposible entender la letra.
Pero, pese a este gran inconveniente, mereció la pena ver de nuevo a estos dos maestros de la canción y de la poesía.
Y Madrid se rindió a sus piés. Después de mas de 25 canciones y dos horas de actuación ininterrumpida, el teatro estalló en un gran aplauso final y como complemento a los que durante la actuación de la cantante se prodigaron sin recato alguno. Ana Belén brilló por su buen hacer, su estupenda voz y los buenos músicos que la acompañaban, todo esto aderezado con una puesta en escena impecable, como siempre ha sido normal en todos sus espectáculos. Madrid se rindió a su paisana, felicidades.
En estos tiempos colvulsos que vivimos, de vez en cuando conviene evadirse un poco y soñar, y que mejor que una canción romanticona que se ha cruzado en mi camino y que me parece bastante agradable.
Modà es un grupo italiano con bastante éxito en su país y que ahora ha grabado junto a Jarabe de Palo este bello tema.
Cualquier canción cantada en italiano suena romántica, quieras o no, y nos trae al recuerdo estos grandes baladistas que tanto nos hicieron soñar, Claudio Baglioni, Umberto Tozzi, Nicola di Bari, etc. etc.,¿quién no ha bailado alguna vez algún tema de estos interpretes?.
Con "come un pittore", como un pintor, vuelve el romanticismo.
Hoy hablamos de cine social en estado puro, una película de Pedro Trapero que nos muestra con toda su crudeza la vida en un barrio marginal de Buenos Aires
La imagen reflejada se podría extrapolar a cualquier barrio marginal de cualquier ciudad, incluida Madrid, y es de esas películas molestas para el poder al mostrar una cara de la ciudad que todos los políticos quieren esconder.
Ricardo Darín impresionante como siempre y merecedor de todos los premios de interpretación.
Las imágenes impactantes y mostrando con suma dureza la realidad de estos barrios donde, en este caso, un grupo de sacerdotes lucha día a día por lograr unas mejoras sociales en el grupo de marginados que habitan el barrio.
Advertencia, película muy dura
